jueves, 15 de febrero de 2018

Cómo viví el MIR 2018


Al fin llegó el día. Día final, fin de dedicarle 10 horas o más al día de estudios. Realmente era lo que tenía ganas, dejar de estudiar. Pese a lo que dicen de acostarse el día previo tarde para despertarse tarde y no estar nervioso por la mañana yo me acosté a la misma hora, ya habían pasado demasiadas cosas para dejar de hacer caso a los consejos que me dieran. Yo me conozco mejor que nadie al fin y al cabo. Además, he desafiado varias veces a la lógica que me impone la academia con buenos resultados para mi. Aquí se acababa la cosa, miré varias veces el almanaque con el día señalado en rojo intenso. Describiré a continuación las diferentes partes del día y una descripción de mi experiencia del examen en sí.



DURANTE LA MAÑANA
Estaba tranquilo, pasé la mañana  escuchando música, jugando a videojuegos y podé mis plantas. No estaba nervioso, estaba tranquilo y seguro.Ayudó mucho que la semana previa le dijera a mis padres que tratasen el examen MIR como si un simulacro más, que se abstuvieran de los “¿cómo lo llevas?” “Ay, que en nada acabas”. Y fue lo mejor, en todo momento tenía la sensación de ir a hacer un simulacro, que luego vendría un domingo y que luego seguiría con la rutina. Creo que es clave darle la importancia necesaria y no más al examen.

DURANTE EL PRE-EXAMEN
Al llegar a la sede me topé con repartidores de revistas desesperados, de todas las academias. Pese a que dejé mochila, móvil y todas las cosas en el coche, me vi cargando con 2 bolsas llenas de revistas y papeles. (Ugh). Había muchísima gente, caras conocidas y desconocidas. Sonrisas y caras serias. Padres e Hijos. Ilusión y Miedo.

Miré la lista donde me encontraba. Aula 8. Encontré a varios compañeros que estarían conmigo y eso me tranquilizó. Faltaban 20 minutos para el llamamiento inicial así que maté el tiempo hablando con diferentes compañeros entre abrazos, nervios y alegría. He de confesar que en ese punto sí estaba nervioso y quería empezar ya el examen.

Finalmente se abrieron las puertas y me dirigí al aula. Las caritas de la gente era curiosa. (Seguro que la mía también). El llamamiento comenzó enseguida, no obstante fue lentísimo, un poco agonizante. Por cada persona que llamaban se tardaban varios minutos para colocarlo en su sitio. En mi turno, entré en la clase, dejé todas las cosas, cogí el agua, mi comida y esperé a que los demás entrasen. Una vez todos en su sitio… de nuevo otro rato agonizante para recolocar a la gente en su sitio porque se había equivocado… (haced simulacros de ser jefes de mesa, por favor).Finalmente se abrió la caja que contenía los exámenes y se repartieron.

EL EXAMEN
Me tocó la versión 3, al igual que el simulacro 30 (último de la academia). Vi que todo estuviese en su sitio nombre, versión, número de páginas… y comencé.

Me sorprendí al ver 35 preguntas vinculadas a imagen en lugar de las 34 que había estimado. Un incremento de 5 imágenes extra en dos años. Como siempre, empecé de la primera sin imagen hasta la 50 para “calentar” y luego fui a por las imágenes.

Pregunta vinculada a la imagen Nº 13:
Coge tu bolita de cristal y adivina qué es esto.
Ah, entre las opciones hay cosas que dan imágenes parecidas
No voy a describir cada parte del examen pero a mi parecer fue un examen difícil. Sin comparación con el año anterior. Preguntas atípicas, de temas “pocos rentables” y, de las típicas, con una vuelta de tuerca extra. Preguntas del metabolismo de hidratos de carbono, inmunología y genéticas extrañas, fuera de los “desgloses”. Me esperaba encontrar cosas que jamás había visto en el mismo MIR, pero fue en exceso. No tuve la sensación de estar haciendo un simulacro como dijeron en la academia, sino de estar enfrentándome a algo diferente. Lo vi incluso más difícil que el simulacro 26, el más catastrófico que nos pusieron en mi opinión. Vi que solo había 13 de estadística, contando con las imágenes. Eché de menos preguntas de Cáncer de Pulmón y otros temas más frecuentes . Vi como comparativamente había 2 del metabolismo de los hidratos de carbono y solo 1 de temas que en la academia nos machacan como “va a tener al menos 2 o 3 preguntas”. Preguntas de anatomía y otras de farmacología con “respuesta directa”, así como imágenes de TAC, Ecocardiografía y Radiografías sin antecedentes de pacientes, solo una mera interpretación de lo que ves. Recordé en el examen si realmente los del Ministerio piensan en el índice Kappa para la concordancia interobservador en las pruebas de imágenes o si solo sueltan imágenes por soltar esperando que seamos especialistas. En casi todas dudé entre 2 y en otras muchas entre 3 opciones. Una chica salió llorando a las 2 horas de iniciar el examen. Otro la siguió poco después.

No todo fue horrible, sí que había alguna que otra pregunta fácil y las imágenes tenían mejor calidad que las pixeladas de la academia (que no hacía que fuese más difícil, claro); pero sin comparación, en definitiva, con un simulacro. Sentí personalmente a los del Ministerio haciendo las preguntas de dificultad ridícula sin importarles siquiera el sufrimiento que habíamos pasado todos los opositores. Estaba tan harto que me daba igual, solo quería acabar este trámite.

Acabé todas las preguntas a 20 minutos de acabar y me centré en las 5 que había marcado como “leer despacio”. En definitiva, acabé a 3 minutos de terminar las 5 horas de examen. Respiré. Había acabado. Miré la hoja de respuestas … NO HABÍA FIRMADO (!!!!!!). Firmé rápidamente. Y anunciaron el fin. Se recogieron las hojas de exámenes y nos entregaron las hojas de calco. Había sido desastroso para mi. No obstante me alegré un poco (perdón) al ver que todos habían tenido la sensación de dificultad extrema. Comenté con mi compañero Nacho qué le había parecido, siempre tiene una buena perspectiva de las cosas.

“Estoy decepcionado, esto no representa todo lo que hemos estudiado.”

Tenía la misma sensación. Tanto tiempo de estudio para algo así… una diferencia bastante grande respecto a lo que nos habían preparado las academias. Si bien es cierto que el examen no tiene temario fijo, no puedes evitar sentirte mal ante una injusticia tan tremenda. Además, mi visión de dificultad probablemente fuese por la comparativa del MIR anterior, que fue anormalmente fácil debido a los conceptos repetidos. Solo quedaba continuar adelante. Independientemente de todo, había acabado. Escuché la cerradura abriéndose y las cadenas cediendo. Estaba contento pese a todo. Yo había hecho todo lo que estaba en mi mano. No puedo luchar contra variables que no dependen de mi. Demasiado inhumano es esta prueba como para que encima me castigue por esto. Era libre. 

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