lunes, 31 de agosto de 2015

Futuro, idiomas y objetivos.

Hay una cosa que es inevitable, pensar que voy a entrar en 5º. Este curso las diferentes academias nos tirarán todas sus fichas para que las escojamos para prepararnos el MIR ¿y eso que supone? El fin de la carrera está cerca. (¿¡Qué!?)

De acuerdo, faltan aún dos años pero no puedo evitar pensar en mi futuro, sobre todo en las condiciones tan malas en las que estaré forzado a trabajar como futuro residente. Desde siempre me han dicho "estudia mucho si quieres tener un buen trabajo y una buena vida en el futuro" y eso he hecho, ya sea por cumplir eso mismo o porque me gusta lo que estudio (Tengo suerte ahí). La cosa es que, a pesar de ser consciente que los residentes entran en las puertas del mundo y tienen que recibir palos para aprender... ¿Realmente es necesario pasarlo tan mal y tener un futuro no del todo recompensado y, sobre todo, no reconocido socialmente? (Ojo, la pregunta que he formulado es desde mi punto de vista, aún no soy residente y puede que la haya hecho con mucho prejuicio. Es simplemente la vibración que recibo.) No es mi intención hacer un debate político ni nada parecido de la situación en la que se encuentra el país.

¿Dónde quiero ir a parar? Lo que me han dicho muchos tutores en el hospital y la facultad: salid del país, fuera es todo mucho mejor. Si lo dicen es por algo... y creo que lo que a ellos le falta (o más bien, tienen en su vida) y que les impide marcharse es tener una estabilidad creada en su vida: familia, casa, puesto de trabajo...) Yo por suerte soy muy joven aún y desde pequeño siempre he querido tener la experiencia de ir al extranjero y soy bastante novato en eso de viajar, así que lo tomo como un reto más en la vida. Otras personas sin embargo van a estar "obligadas" (y de hecho, conozco a algunas que lo están) a hacerlo pese a que no quieran ya que no comparten mi mismo sueño.

Para continuar... he estado mirando y curioseando las posibilidades que podría brindar el futuro (no solo a médicos sino a cualquier profesional del ámbito sanitario) y los resultados son bastante optimistas: para médicos que ya hayan acabado la residencia se ofrecen muchos puestos de trabajo en el extranjero, con formación en idiomas y muchas posibilidades. (Todo esto, al menos desde mi punto de vista fuera todavía y desgraciadamente del mundo laboral)

Tras ver todo esto (que fue a principios de verano) y motivado con que el próximo 10 de Octubre haré el examen de B2 de inglés, he comenzado a estudiar alemán. Es una lengua muy requerida para trabajar en el extranjero, junto con el obvio inglés y el francés. Yo ya había dado pinceladas al francés durante el bachillerato pero aún así me he atrevido a explorar una nueva lengua que, por lo poco que llevo, pinta bastante difícil. Mi objetivo es a muy largo plazo, claro, pero lo más interesante de todo es que comencé por aumentar mis probabilidades de tener un currículum más bonito... ¡¡y ha acabado convertido en una necesidad de aprender el idioma por puro interés y curiosidad!!

Si alguien está interesado de casualidad, dejo una página con libros básicos, cursos y recursos para ir muy poco a poco:

viernes, 28 de agosto de 2015

Introspección 01

Últimamente estoy teniendo debates con muchas personas y eso me ha ayudado a darme cuenta que la mayoría siguen un patrón fijo: confiar plena y ciegamente en lo que dicen sin cuestionarse un momento si lo que piensan es realmente correcto o no. Quiero decir, obviamente si piensas algo debe de ser "lo correcto", de tal forma no lo defenderías. Pero ¿y si intentasen defender "lo que es correcto" para ellos dejando fluir las ideas de la otra persona con la que debates y viendo los puntos buenos y malos de "lo que es correcto" de esa otra persona, asimilar y enriquecerse de ambas partes?

Quiero decir, no obcecarse siempre en tus propias ideas porque nunca sabes si son correctas, mucho menos, si son reales: a veces las ideas que tenemos las crea nuestra propia mente, sacando conclusiones de realidades que ni siquiera han llegado a existir porque "suponemos que será así" y las autoimponemos y las aceptamos como tales. Cuando intentamos debatir esa idea, la tenemos tan anclada que no se quiere creer otra cosa y preferimos seguir viendo eso a aceptar nuevas cosas (¿Alguien piensa en el Mito de la Caverna de Platón?) y se tiende a argumentar añadiendo comentarios floridos y haciendo uso del conocimiento que tengamos de cualquier campo para poner ejemplos que no se correlacionan con el tema de debate para dirigir dicha conversación a su favor e intentar dejar "sin argumentos" a la otra persona con la que se debate.

Además de la parte de "idea anclada por autoimposición" que ya he comentado, están los que debaten porque "odian no tener razón" y usan la misma táctica de decir comentarios floridos llenos de tecnicismos que confunden a la otra persona solo con el objeto de tener la razón; es decir, al fin y al cabo, lo mismo.

Y oye, no los culpo, las personas que tienden a seguir este tipo de patrón: no son ni malas personas, ni merecen el mal ni nada por el estilo: cada uno es como es y yo sé amoldarme a la forma de debatir con esas personas. Solo es una curiosidad que me he dado cuenta y que he aprendido a ver. El problema que veo es que el patrón que llevo todo este rato comentando lo veo en gente cercana a mi. Personas con las que intento compartir mi modo de ver las cosas pero que se me cierran en banda. Yo creo que es más bonito comenzar un debate partiendo de la base de "creo que lo que pienso es correcto, pero necesito ver diferentes puntos de vista, empaparme de ellos y sacar una nueva conclusión en base a todo."

Ante todo, doy gracias por haber estado dentro de ambos grupos que he descrito y por haberme atrevido a cuestionarme a mí mismo, callar al "Pepito Grillo" de mi cabeza y cuestionarme si estoy equivocado.