sábado, 19 de noviembre de 2016

Primera parada en el rotatorio de sexto.

Voy a dar un pequeño respiro a las entradas sobre el MIR para informar un poco de las prácticas del hospital del curso de 6º. El primer bloque que ha tocado en mi grupo ha sido el Materno-Infantil. Y me congratula anunciar que ya he llegado al ecuador del mismo: termino Ginecología-Obstetricia y empezamos con el bloque de Pediatría. Ha pasado demasiado rápido quizás. Por un lado me alegro porque el control sobre lo que aprendemos es excesivo para lo que se nos deja hacer o siquiera participar en la rutina diaria. Por otro lado me entristece porque he conocido algunos profesionales que me han inspirado y me han mostrado su cariño y apoyo a continuar con esta durísima carrera de fondo.

He de decirlo: no todo ha sido positivo ni mucho menos. Es la primera vez que estoy tanto tiempo en un servicio e interaccionando con los mismos profesionales. He notado donde ser médico es un trabajo como cualquier otro, lleno de sus momentos monótonos donde el burnout está a flor de piel debido a las condiciones precarias de trabajo y a la incomprensión que los usuarios tienen del sistema sanitario. Todo esto se retroalimenta positivamente uno a otro y se crea una bomba de relojería que no puede estallar por deberes del profesional y los derechos de los usuarios

He sufrido comentarios del tipo "aún estás a tiempo de dejar la Medicina" o "los estudiantes no sois nada, no tenéis que aprender, ni tocar ni nada, solo estar y mirar". Comentarios y actitudes que me han dolido mucho al sentir lo que me espera en un futuro. Comentarios que me han transmitido desesperanza y la sensación de que estoy esforzándome al máximo para ser un esclavo más del sistema. Comentarios que me han hecho dudar de mi mismo. Pese a este gran punto negativo he visto como algunos de los profesionales son inmunes a este efecto o al menos lo saben llevar muy bien: se nota que les gusta lo que hacen y les encanta transmitirlo a los demás. Son estos con los que me quedo. Aún así tampoco puedo juzgar del todo a las condiciones de cada uno: situaciones familiares, económicas, presión laboral, situaciones personales... muchos factores que pueden hacer que las personas se comporten de una forma u otra. Yo obviamente, me quedo con lo positivo.

¿Y cómo se divide el servicio? Nosotros no estamos asignados a un tutor, sino que tenemos total disponibilidad de poder ir donde queramos siempre que haya hueco. ¿Cuales son los sitios donde pudimos ir?
    - Quirófano: donde se llevan a cabo todos los procedimientos quirúrgicos e inclusive alguno diagnóstico intraoperatorio. Incluye cirugía del aparato reproductor femenino como cirugía mamaria. Desde tumorectomías de mama con biopsia selectiva del ganglio centinela hasta histerectomía radical con doble anexectomía, linfadenectomía iliaca bilateral y linfadenectomía aorto-cava (toma ya el nombre). Bastante interesante si se preguntaba, te dejan estar "más cerca" del campo quirúrgico y además, se entiende más las estructuras anatómicas. Si no se entiende, es un repaso obligatorio pasivo que se lleva uno. Yo me sorprendí recordando más ramas de la iliaca interna de las que pensaba que recordaba.

    - Urgencias: ¡lo mejor de todo! No solo porque venían casos tanto de ginecología como de obstetricia sino porque era muy dinámico. Por un lado, la consulta de urgencia venían casos principalmente de hemorragias del primer y tercer trimestre: futuras madres embarazadas con miedo por estar sangrando en exceso. Vi desgraciadamente pacientes con amenazas de abortos que se culminaron y tuvieron que someterse a legrados para evacuar el contenido embrionario del útero. Lo bueno de todo esto es que tenían un cuaderno especial para legrados, por lo que los abortos durante las primeras semanas no son del todo raros y realmente da gusto tranquilizar a las pacientes con esa valiosa información. Destacar aquí el acercamiento de los R4 del servicio que fueron tan amables y nos enseñaron muchas cosas: desde tactos vaginales hasta colocación de espéculo y valoración del cuello uterino.

    Por otro lado, dentro de urgencias también entra la parte de paritorio: cesáreas y partos complicados donde el ginecólogo tiene que ir a hacer su trabajo. Pese a que eran cesáreas de urgencias debidas por ejemplo a desaceleraciones DIP II y bradicardias fetales, me sorprendió la rápidez con la que se hacía y se sacaba al neonato y lo llevaban a hacer el APGAR. ¿Lo mejor de la parte de paritorio? ¡Me lavé y participé en varias intervenciones! Un trabajo menor de asistencia pero pura adrenalina. Además sobra decir que se tiene mucha más cercanía con el personal y se entiende todo mucho mejor (Y puedes tocar el material estéril sobre todo). Eso sí, tengo que aprender a ponerme mejor los guantes. Las enfermeras siempre se echaban unas risas con mis dedos.

    - Consultas: más rutinario pero igualmente interesante. El tiempo ideal para empaparse de los datos básicos que se deben de conocer. Además, dependiendo del médico, te explicaban e incluso se aventuraban a dejarme hacer las revisiones ecográficas de los embarazos de alto riesgo. Me congratula decir que domino más o menos las ecografías en las embarazadas. Tras estar con el Dr. Sánchez, inició la enseñanza con un simple "dime dónde está la placenta" y acabó con un "morfología cardiaca fetal y fucionamiento de las válvulas con el modo Doppler". He de agradecer a todas las pacientes que fueron muy colaboradoras aunque siempre me hacían spoiler de los genitales que tenían sus fetos. (Más orgullosas que estaban ellas). Todo sea dicho, en las consultas de alto riesgo vi muchísimas cosas diferentes. Cribado de cromosomopatías, enfermedades reumáticas en el embarazo (¿alguien dijo Lupus?)... Además de eso, otras consultas eran las de ginecología general, consulta específica de mama y la interesantísima consulta de esterilidad

    - Planta: fui solo un día, poco interesante. Estaban las pacientes que iban a someterse a un proceso quirúrgico, se habían sometido o tenían una patología que requería una visión más exahustiva en el hospital. Hay pocas camas en la planta realmente.

    ¿Y todo esto yo solo? Ni por asomo, he tenido la mejor compañía. Tanto en las sesiones clínicas de la mañana con todo el pelotón de prácticas como en quirófano y urgencias con una futura pediatra. Puedo decir que he encontrado una valiosa aliada en las prácticas, un buen apoyo en quien poder confiar y con quien poder aprender. Y pensar que esto es solo el comienzo... ¡¡A seguir con más ganas que nunca!! 
    En imagen: una futura pediatra y un futuro internista felices en su medio natural.

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