domingo, 23 de octubre de 2016

Simulacro 1.- La primera experiencia contra un examen MIR.

22/10/2016

Ayer me enfrenté por primera vez a un examen MIR, primer simulacro de la academia. Llevaba tiempo preguntándome cómo sería un examen de este calibre. De 5 horas. Con 235 preguntas. Que abarcan cualquier ámbito de la Medicina. Claro, siempre había sido una pregunta retórica y con ganas porque los había visto lejos pero ayer me enfrenté a uno real y puedo decir muy contento que he sobrevivido. Literal, es de las experiencias más exigentes y agotadoras que he experimentado, y eso que aún no me juego nada.

Entré temprano en el aula y localicé un sitio donde no me molestase la lluvia que caía fuera de la ventana (Me entretengo infinito viendo llover). Los compañeros iban llegando e ibamos preguntando qué traíamos para comer. Yo personalmente opté por el consejo que me dieron: Conguitos (chocolate + fruto seco = energía asegurada para 5 horas de examen) y un zumo de naranja para el pico culmen a las 2 horas y media. El agua que no falte, a tragos pequeños para no deshidratarse pero no largos para no tener que orinar. Puede sonar absurdo el control maniático del tiempo, pero las 5 horas hay que saber organizarlas, no para estar todo el tiempo atento al examen sino también para permitirse el lujo de descansar 2 o 3 valiosos minutos cuando se desee. Experimentado y reafirmado por opositores MIR que se han enfrentado a esto.

Recibo un taco de trenta y tres (33) folios. Todo eran preguntas de examen e imágenes. (¿Qué... es esto? ¿Por qué tantos folios?). Decisión fue lo que sentí realmente, iba a ver cómo era la experiencia. Dicha experiencia resultó ser una mezcla de desesperación, impaciencia creciente y ataques de risa mudos ante lo absurdo que me parecía todo. Obviamente, no tenía casi ni idea de lo que me preguntaban: a día de hoy solo hemos tenido la clase de infecciosas. Sí que diré que me sonaban muchas cosas. "Ay, esto lo he visto haciendo desgloses mientras repasaba una asignatura" me venía a la cabeza. Algunas podía descartarlas y el resto me la jugaba al azar porque "me suena que sea esto". La intuición creo que es algo clave para este examen. Las reinas fueron las esperadas: cardiología, estadística (jajaj wena esa xd) y digestivo. Hubo también bastante relevancia de neumología, infecciosas, nefro... También me alegré de ver hematología y oftalmo que tanto "coraje" le tiene la gente.

Cumplí el objetivo de responder 50 preguntas por hora e ir rellenando la plantilla cada 30 que contestaba. Tampoco tenía mucho que pensar, la verdad. Como me habían recomendado empecé por la pregunta 31 dejando las preguntas vinculadas a imágenes (1-30) para el final. La primera hora pasó rápida, como cualquier examen de la facultad. Las preguntas de casos clínicos me resultan entretenidas aunque sean de muchísimas líneas. Cuando iba por la mitad de la segunda hora del examen, vi que solo iba por la pregunta 100, tenía muchísimos folios por delante empecé a sudar y me concentré en seguir adelante, los casos clínicos se tornaban cada vez más largos o esa impresión me daban. Al llegar al ecuador del examen (dos horas y media) me entró un ataque de risa que todo el mundo a mi alrededor oyó. ¿Qué le pasa al mundo? ¿Cómo hacer este tipo de pruebas puede ser normal? ¿Por qué tengo que aguantar estas cosas después de la carrera? ¿Cómo puede ser normal que tenga que saber TODO sobre medicina? ¿Por qué tengo que estar en t=0 sabiendo los efectos secundarios de un fármaco y en t=1 salvándole la vida a un neonato con antecedentes de desaceleraciones en el trabajo de parto? ¿Qué... es esto? Entré en un modo despair-like donde me pareció absurdísimo una vez más el sistema educativo de la sociedad y sobre todo: como se ve como algo normal: "¡DESPUÉS DE LA CARRERA, EL MIR O NO PUEDES EJERCER DE MÉDICO!" (Aunque no me quiero meter mucho en esto). Miré a mi al rededor y todo eran frentes con sudor y caras de estar cuestionándose la exstencia. Me tomé un descanso de 5 minutos. Una hora después (3 horas y media) ya le veía fin al examen y empezó a ser más cuesta abajo pese a que me costase retener información de los casos clínicos, algunas veces tenía que leerlos hasta 3 veces para enterarme de qué leía. Al final terminé el examen antes de lo esperado: usé 4 horas y 35 minutos (un poco harto en las últimas preguntas y cotestando en plan "BASTA"), como ya he dicho, no tenía mucho que pensar ni repasar. ¿La sensación final? 
Igualmente, prueba superada. Al llegar a casa metí la plantilla de respuestas en el campus y vi mis resultados: mejores de los que esperaba (esperaba negativas). La señora fortuna había estado de mi parte al parecer. Tras ignorar los percentiles y el resultado del grupo vi que estaba la opción de hacer revisión de examen y para mi sorpresa, te dan las respuestas ya argumentadas: pensaba que tendría que buscarlo yo todo en los manuales. Considero (y me han dicho y confirmado) que revisar el examen es parte clave del estudio. Y que pese a que no tengamos conocimientos y no hayamos estudiando vamos absorbiendo conceptos de forma inconsciente. Soy de los que piensa que cada fallo es una lección y cada lección es un regalo así que habrá que aprovecharlos. Tras un domingo de descanso es hora de seguir adelante.

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